

D espués de haber ofrecido algunos detalles de barricas y toneles de diferentes tamaños, ahora vamos a describir la cuba en forma de tronco de cono (tronco cónica), un recipiente redescubierto gracias a la tradición de la familia Gamba. Durante muchos siglos, el roble fue considerado un buen material para contener líquidos, tanto para la fermentación de los mostos como para el envejecimiento del vino. Los estudios realizados en la década de 1970 revelaron que, como recipiente grande, la cuba podría impartir aromas y un carácter de roble durante el proceso de fermentación. En particular, se reconoce que las duelas de roble actúan como difusores micro-oxigenadores ideales lo que permite:
- Eliminar aromas reductivos desagradables causados por el estrés debido a la falta de oxígeno sufrido por las levaduras . Una cuba de roble ha demostrado crear las condiciones ideales para la reproducción celular y la actividad de la levadura.
- Permitir que el oxígeno y los taninos de roble puedan entrar inmediatamente en contacto en los procesos químicos complejos que conducen a la combinación adecuada de las antocianinas con los taninos y, como consecuencia , a una mayor estabilidad del color en los vinos.
- El resultado es también la formación de taninos de cadena más larga, con vinos más ricos, redondos y duraderos.
- Tener una menor reducción en el patrimonio taninos- antocianinas en comparación con fermentaciones en otros recipientes no de roble.